¿Por qué Febrero tiene 28 días?

césar augusto y el mes de agosto

Pues sí, si eres de esos que se han hecho esa pregunta alguna vez, ahora sabrás que es así únicamente por una cuestión de ego, ni más ni menos.

Julio César consideró que su mes debía tener treinta y un días, y así se hizo.

Cuando estaba el calendario Romano o Juliano (nombrado así por Julio César). Se llamó así porque añadió entonces diez días para corregir y completar los 365 días que tarda la tierra en girar alrededor del sol.

Pero había varios errores por manipulaciones intencionadas de políticos y sumos sacerdotes romanos que desajustaban el calendario para alargar así sus mandatos.

Así es cómo Julio César decidió establecer un almanaque definitivo asignando treinta y un días a los meses con importancia religiosa especial y treinta a los que tuvieran menos importancia.

Pero había problemas, los meses de enero, marzo, mayo, septiembre y noviembre tenían treinta y un días y los demás, incluido febrero, un día menos.

Obviamente Julio César, no por falta de amor propio, consideró que su mes (julio) debía tener treinta y un días, y así se hizo.

Pero cuando Augusto llegó al poder como emperador, no quería ser menos que su predecesor ni que su mes tuviera menos días.

Su mes no podía tener un día menos que el de César (julio), así que ni corto ni perezoso ordenó que le quitarán al mes de Febrero un día y este entonces quedó en veintinueve días.

Y vaya lío, como no era posible tener tres meses seguidos con treinta y un días se volvió a corregir el calendario. Quedaron entonces los meses de septiembre y noviembre con treinta días y octubre y diciembre se les asignó treinta y uno.

Para colmo como la cuenta no resultaba, se le quitó de nuevo un día al mes de febrero. Este día solo lo recuperaría únicamente cada cuatro años, en los años bisiestos.

Como curiosidad en aquella época por superstición se quería siempre evitar los números pares porque los consideraban de «mala suerte» (entre los romanos).

Por eso Febrero se convirtió en el mes de los rituales de la muerte y de la purificación (FEBRUUM en latín).