Este año es la 65 edición del Zinemaldia, Festival de Cine de Donostia-San Sebastián. Lo hace con el mismo entusiasmo con que nació un 21 de septiembre de 1953; sin haber sufrido interrupción alguna desde su creación. Para la ciudad es un acontecimiento social y cultural de enorme importancia.
Primero fue concebido como una Semana Internacional de Cine, con vocación cinematográfica y comercial; despeñes no tardó en conseguir el reconocimiento de categoria B (no competitivo) por la FIAPF (Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films) gracias al éxito cosechado en su primera edición. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_gallery interval=»3″ images=»5691,5695,5704,5699,5708″ img_size=»medium»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Así pues, al año siguiente ya pasó a denominarse Festival Internacional de Cine, y en 1955 la FIAPF lo reconoció como competitivo y especializado para las películas en color y ya se podían otorgar premios oficiales. Este es el origen de la Concha, entonces todavía de plata, cuyo reparto debía decidir un jurado internacional.
Fue en 1957 cuando se le otorgó definitivamente la categoría «A», y la Concha se hizo de oro en las categorías más importantes. Sigue siendo la referencia desde la que se sigue avanzado hoy en día, una opción aperturista; es ajena a los corsés de la censura de aquel momento, y que aún permanece viva. Porque lo que más importa al festival de cine de San Sebastián es ser el escaparate del cine más inquieto y renovador de cada momento.